Teatro en Esquinas

Domingo 11 de marzo, 19 h. Cooperativa Zona 3 (Av. Bolivia 2551)

Obra: Falta grave                                                                                                                                                                              Dirección: Lucía García

Falta Grave es una obra teatral que sucede en la asamblea de la Cooperativa de Vivienda “Camino
Nuevo”. Pero esta no será una asamblea como las de siempre. La situación de algunos integrantes
morosos está complicando el buen desarrollo de la construcción y deben tomarse medidas. La plácida
mañana de domingo se verá sacudida por acontecimientos insólitos.
Espectadores y actores serán parte de la asamblea.
Acomódense para votar.

Falta grave: una cooperativa de vivienda “decide” en el teatro
Las asambleas en cooperativas de vivienda son una realidad habitual para muchos uruguayos. Desde hace varias semanas, la obra “Falta grave” pone en escena, con humor pero sin complacencia, esas situaciones que miles deben atravesar como única forma de cumplir un sueño central: la vivienda propia.

La autora acumuló anécdotas e historias pero faltaba un hecho que terminara de madurar lo que después sería la pieza teatral. Y ese hecho llegó con la expulsión de una compañera ante una “falta grave”.
En el trabajo de investigación, Lucía se dio cuenta de que pese a la larga historia de cooperativas de vivienda por ayuda mutua que existe en Uruguay y de los miles de cooperativistas del país, no había antecedentes de un reflejo de ese fenómeno en el teatro. “Sorprendentemente no se había hecho nada. Eso me llamó muchísimo la atención porque justamente el movimiento cooperativo en Uruguay
tiene mucha vida y mucha experiencia, mucha trayectoria”, le contó a 180. Su intención fue reflejar lo que sucede en una asamblea con todos sus claroscuros. Que un grupo de personas se junte para alcanzar la
vivienda propia implica mucho trabajo codo a codo, con confianza y compromiso. Pero esa experiencia de solidaridad también puede tener aristas menos altruistas.
“Me parece muy interesante que en ese espacio que podría ser como de una nobleza absoluta, uno pone todo lo bueno y toda la miseria. Eso es lo que más me atrapa”, contó Lucía.
La obra entonces no es complaciente, hay autocrítica. Refleja que mucha gente trabaja mucho y otra no tanto. “Es como una evaluación personal de cuántas veces yo hice un montón cosas por los demás, cuántas veces me quedé en mi casa y no hice nada, cuántas veces me
descansé en el compañero que siempre trabaja”, reconoció.

Lucía y el resto de los actores están “asombrados” con la respuesta del público. Y lo explican por el humor que tiene el texto y por los personajes que son muy representativos de lo que de verdad pasa en las asambleas, ya sea de cooperativas de vivienda o de cualquier otro grupo humano creado con un fin específico.
Por ejemplo hay un presidente de la cooperativa que “tiene un perfil de líder político” o una tesorera, de nombre Mabel, que es “muy amable, cocina para todas las asambleas, lleva escones o tortas de fiambre”. Todo en un clima de votación, de discusión, con el público metido -sin participar- en la asamblea, con pocos recursos escenográficos, de iluminación o sonido.
Lucía lo resume así: “La austeridad atraviesa la propuesta no solo por una cuestión de pobreza, porque cuando hicimos la obra no teníamos ningún recurso, sino por una cuestión de concepto. Realmente es una asamblea de gente que está discutiendo sobre una cooperativa de vivienda”.